sábado, 29 de diciembre de 2012

Said sobre Camus

    Albert Camus, perteneciente a una segunda generación de pied-noir [francés de Argelia], fue un artista de gran talento, cuyas narraciones tempranas sobre la miseria en Argelia le habían otorgado el lugar de un escritor con conciencia y principios. Sin embargo, su más famosa parábola, El extranjero, se ocupa del asesinato de un árabe sin nombre, ni padres ni identidad reconocible. El drama sólo atañe a Meursault, un héroe europeo existencialista para el que Argelia y los musulmanes son nada más que el trasfondo de sus preocupaciones –más elevadas y urgentes– sobre la libertad, la autoridad y la voluntad. En su narrativa, desde La peste hasta El exilio y el reino, Camus utiliza Argelia como trasfondo inerte, cuya posesión hay que defender cuando, luego de la revolución de 1954, la presencia europea se encuentra profundamente amenazada.

    La tragedia de Camus es que no puede verse a sí mismo ni ver la masiva presencia francesa en Argelia como la culminación de más de un siglo de conquista colonial. En lugar de esto, niega con terquedad la prioridad del reclamo árabe y cuando autores metropolitanos como Sartre y Jeanson toman partido abiertamente por el Frente de Liberación Nacional, Camus se opone al reclamo árabe en Argelia y afirma de modo categórico que no es más importante que el de muchas otras razas, incluyendo la francesa, que se han asentado allí. Sin embargo, en virtud de cierta extraña ironía, Camus es leído aún en nuestros días como un escritor francés que examina de modo minucioso las difíciles coyunturas de la ocupación alemana en Francia, por más que su obra está situada de modo explícito en Argelia, donde los árabes son quienes sufren y mueren la mayoría de las veces.

 Edward W. Said 
Cultura, identidad e historia, 2001

domingo, 23 de diciembre de 2012

A todos mis camaradas de casa:
Tengo cinco fusiles infantiles. Están en el arca, cada uno colgado de su clavo. Me reservo el primero, para los demás, puede presentarse todo el que quiera. Si se presentan más de cuatro, los sobrantes deberán aportar su fusil y deponerlo en mi arca. Pues tiene que haber unidad; sin unidad no saldremos adelante. Por lo demás, mis fusiles no sirven para ninguna otra cosa: los mecanismos están estropeados, los cierres se les han caído; solo los gatillos siguen haciendo ruido. Por tanto, no será difícil hallar, en caso necesario, otros fusiles tales. Pero en el fondo, y por ahora, también acepto a personas sin fusil. Los que tenemos fusiles cubrimos en el momento decisivo a los desarmados. ¿Por qué no va a dar buen resultado aquí una táctica que ha sido útil a los primeros farmers americanos contra los indios, si la situación es muy análoga? Así pues, puede renunciarse a los fusiles incluso por mucho tiempo, y ni siquiera los cinco fusiles son absolutamente necesarios; serán utilizados solo porque los tenemos ya. Pero si los otros cuatro no quieren tomarlos, pueden dejarlos. En este caso, yo solo llevaré fusil, como jefe. Pero no debemos tener ningún jefe, de modo que yo también romperé el fusil o lo dejaré.

Franz Kafka
Cuadernos en octavo, 1916

lunes, 6 de agosto de 2012

La duplicación del pronombre reflexivo en el español de Chile

El otro día volvía a mi casa en la 45 y una chica iba hablando por teléfono con un tal Diego. Prometía presentarle (“ahora sí que sí”) a una amiga en el próximo carrete, y lo envalentonaba diciéndole:
Oye, pero no te vai’ a corretearte, no te vai’ a corretear, ¿ah?
La chica repetía varias veces la fórmula de la “doble te”: te voy a contarte, etc. Sin embargo, otras veces no lo hacía, y empleaba correctamente dicho pronombre.

Esto me hizo pensar que, en realidad, este uso lingüístico no es tanto el producto de la ignorancia de la regla gramatical que prescribe el uso de un solo pronombre reflexivo, sino más bien de una forma de lidiar con la ejecución problemática del fonema vibrante simple /r/ al final del verbo en infinitivo (corretearte). La “ere” final supone un problema en su pronunciación, y en vez de omitirlo, se prefiere insertar otro sonido, a fin de “domesticar” fonéticamente dicha consonante.

Existen otras formas de tratar con la “ere” final del infinitivo, especialmente la elisión de la consonante. Pienso por ejemplo en el español andaluz, donde se suele omitir en la pronunciación:
/ma'tar/ > /ma'ta/          /co'rrer/ > /co'rre/
O en el francés, donde las elisiones fóneticas están a la orden del día, también se omite la “ere” final (aunque sabemos que la ejecución francesa de esta letra es distinta):
vouler (querer) = /vu'le/
En el portugués, al unir el infinitivo con un pronombre flexivo, la “ere” también se omite, en este caso marcando ortográficamente esta elisión:
lançar (lanzar)                  lança-lo (lanzarlo)
Otra forma de abordar la “ere” final del infinitivo es la del español caribeño, que nos llega de boca del sonado reggaeton, donde esta /r/ se convierte en una líquida /l/:
/can'tar/ > /can'tal/
En fin, estos ejemplos dan cuenta de que la ejecución de la “ere” final (que es la norma general del infinitivo), puede ser un problema para muchos hablantes, pero que ha sido disfrazado o subsanado con distintas fórmulas, ya sea eliminándola directamente de la pronunciación o transformando su valor fonético.

Creo que en el caso como el de la chica que hablaba por teléfono en la 45, la fórmula consiste en añadir otro sonido (el pronombre “te”), de manera que la “ere”, al quedar como un sonido medio (y no final), pueda ser ejecutada con mayor claridad. Los hablantes hacen este uso especial del pronombre reflexivo porque está más a mano en el pozo mental de sonidos del español, pero no necesariamente por la torpeza de ignorar una norma gramatical hegemónica que, de todas maneras, se imparte en la escuela, a veces de manera intencionada a través de la corrección del profesor o profesora, y la mayoría de las veces simplemente a través del habla “natural”.

Es así que considero que se puede decir que, en gran medida, la duplicación del pronombre reflexivo es en realidad una más de las formas creativas que tienen los hablantes de construir y transformar la lengua para hacerla más funcional a efectos de la comunicación. Que a las finales para eso es el lenguaje, para hablarnos acerca del mundo estableciendo un marco de comprensión mutua, y no para rendir culto a reglas arbitrarias de corrección lingüística.

jueves, 12 de julio de 2012

lunes, 11 de junio de 2012

Diccionario Mapudungun - Español

Hace algún tiempo, en un arranque obsesivo me dediqué por casi un año a compilar y ordenar este diccionario bilingüe mapudungun-español, a partir de diversas fuentes escritas, académicas, no académicas y literarias. Algunos textos me han aportado con apenas un par de términos, otros con decenas. Y eso que aún no me ha dado el pellejo de chequear los canónicos (Augusta, Moesbach y qué se yó)...

El diccionario adolece de varios problemas, partiendo por el hecho de que varias de las fuentes no están corroboradas (aunque sí he triangulado varios de los términos).

El grafemario utilizado es el Unificado, heredando de éste el problema que más lamento, que es que tuve que sacrificar fonemas problemáticos para la pronunciación wingka, y que por tal razón han sido omitidos la mayoría de las veces de la escritura del mapudungun (y por tanto, de las fuentes), redundando en la pérdida de parte del sistema fonético mapuche así como sus implicancias semánticamente diacríticas. Me refiero a los fonemas interdentales /l̪/, /n̪/ y /t̪/, que han sido fusionados con los más ahuincados /l/, /n/ y /t/, respectivamente.

Seguramente hay varios errores, propios del arte (?) de la traducción así como de mi atrevimiento en confiar en fuentes eclécticas, pero pese a todo, creo que es de los pocos esfuerzos más actuales en desarrollar un diccionario bilingüe comprehensivo. Espero que sirva al menos como una orientación para hablantes y aprendices de esta lengua.



lunes, 4 de junio de 2012

... para muchos de nosotros, a lo largo de la infancia, la capacidad de aficionarnos profundamente a una serie de objetos de alta o baja cultura, o de ambas, cuyo significado parecía misterioso, excesivo u oblicuo respecto a los códigos que teníamos al alcance de la mano, se convirtió en un recurso primordial para nuestra supervivencia. Necesitábamos que hubiera ámbitos donde los significados no coincidieran ordenadamente los unos con los otros y aprendimos a dotar esos ámbitos de fascinación y amor.

Eve Kosofsky Sedgwick
Queer and now, 1993

martes, 24 de abril de 2012

Jam session, featuring Special K

Live in the melga. 
Remehue, Osorno 2011. 
Un momento de locura y percusión, cortesía de Special K...




Jammin' time





Coda

jueves, 19 de abril de 2012

Palabra del día: workfare

Workfare*

Se refiere a una variante del Estado de Bienestar (Welfare State) en que el enfoque está en el trabajo. Así, por ejemplo, las personas reciben subsidios o beneficios estatales a condición de que se mantengan activas, sea buscando trabajo o trabajando efectivamente. Los beneficios otorgados también mantienen un enfoque laboral: se ofrecen trabajos temporales o en algunos casos se busca incrementar el capital humano a través de programas de capacitación.
Por supuesto, la ética del trabajo (incluso forzado) que subyace a estos esquemas es tan vieja como el propio "estado providencia" de comienzos del siglo pasado, como lo ilustra Chaplin en Tiempos Modernos (1936), sacando risa de las leyes y el particular encono policial contra la vagancia. 
_________
* Visto en: entrevista a Loïc Wacquant.

miércoles, 11 de abril de 2012

sueño

mañana hay una toma de terreno
pero yo no fui

la señora Hilda me retó
(con justa razón)

me puse rojo como diablo

ahora
el porvenir no me escribió
el futuro no me existe

un sol con espolón
me embiste como plancha
y larvas blancas me perforan el pecho

me quedé ahí en la cama
respirando humo y niebla 
empantanado

sábado, 18 de febrero de 2012

llueve fuerte

llueve en el desierto 
y un viento de mil demonios corre a seis patas 
lavando las arrugas del océano 
las gotas se arrojan desde el alto 
se hunden en la arena como agujas de tatuar 
calando hasta la duramadre 
hasta el nervio mismo de la mañana sombreada 

¿cuántos pájaros en la rama? 
¿cuántas semillas esperando una caricia? 

sentado en la escalera miro el descampado 
enredado en las semanas y los días 
codo y rodilla fundidos 
el horizonte dibuja tu presencia 
tu silueta desleída en el remolino 
tu melena que silba 

miro en el desierto de tu ojo 
allí sigue lloviendo 
una tormenta de viento y vacío que rompe contra mi orilla 
las gotas se agolpan hacia el vórtice de tu pupila 
bailando una ronda en ese espacio insondable 
allí donde no llueve 
donde subsisten los abrazos 
y la esperanza de la próxima estación

martes, 14 de febrero de 2012

Lalo Cura

De repente pienso que estoy loco
De repente varias veces al día
Pero dicen que los locos no se dan cuenta de que están locos
Entonces no estaría loco
Pero contra este silogismo sigo pensando que estoy loco
Sintiendo que estoy loco
Y el sentimiento parece ser más fuerte
Aunque tengo el afecto embotado
Y a las finales duele no sentir
¿Acaso el aburrimiento es un sentimiento?
¿No sentir es un sentimiento?
¿No sentir es estar loco?
Y cualquiera sea la respuesta, ¿vale la pena obsesionarse?
No creo, pero igual lo hago de repente
De repente varias veces al día
Y varias veces dentro de cada una de esas veces
Oscilando infinitesimalmente entre duda y certeza
Esta locura no la para nadie
Esta locura ya no tiene cura
Esta locura no la para nadie
Esta locura ya no tiene cura

viernes, 13 de enero de 2012

desvarío chiquitito

De repente pienso que el único lenguaje éticamente posible es el del juego y la creación, especialmente en la forma del hueveo, el absurdo y el surrealismo. Hablar con un exceso de conciencia, en cambio, puede llegar a ser sumamente arrogante y, por ello, violento.
Para quienes procuran/procuramos decir (o escribir) algo "importante", el lenguaje y la gramática que impone a la realidad es una jaula que traiciona sus intenciones. En cambio, un tropiezo de la lengua, un lapsus o una confusión disléxica pueden (y suelen) abrir nuevos espacios de realidad, campos espontáneos y efímeros de libertad.
Lenguajear*, jugar y huevear.

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* Lenguajear es un verbo acuñado al parecer por Humberto Maturana, refiriéndose a no sé qué chucha, pero creo haberlo oído primero del poeta Sergio Mansilla.