domingo, 27 de septiembre de 2015

Película: 500 Days of Summer (2009)


Con esta advertencia inicia 500 Days of Summer, comedia romántica del 2009 sobre Tom, un chico que trabaja en una empresa como redactor de tarjetas (de felicitaciones, de condolencias, de cumpleaños, etc.) y que se enamora de Summer, una colega nueva con la que pronto empezará a andar, pololear o quién sabe qué cosa. Comenzando la película ya sabemos que la cosa tal terminó mal: en el día 290, Tom termina con Summer, y sus amigos lo ven tan destrozado que tienen que llamar a su hermana chica, que como un Pepe Grillo le da consejos más atinados que sus amigos guailones. A partir de entonces se trata de reconstruir la historia completa del desamor que estuvo presente desde el primer día.

Creo que el reparto principal viene de perillas. Joseph Gordon-Levitt presta su cara de cabro bueno para interpretar al confundido Tom, mientras que Zooey Deschanel hace lo suyo con Summer. Sus profundos ojos azules logran encarnar su personalidad interesante y buena onda, pero insondable y compleja para un ingenuo como Tom.

Lo que más me gustó fue lo lúdico de su presentación, sacando del sombrero varios recursos que nutren a la película de color y variedad. El más notable es su estructura no lineal, la alternancia entre los 500 días, saltando hacia atrás o hacia adelante, días o semanas, siguiendo el rastro de los signos del desajuste amoroso, todo ello precedido por bonitas tarjetas de título que ayudan bastante a seguir el hilo. Instancias destacables son el momento musical y un uso gracioso (e incluso interactivo) de la pantalla partida.

La película está entretenida de mirar, sencilla y chistosa, más allá de los momentos cursis que, supongo, son elementos obligados para una comedia romántica. Es más, sabiendo de antemano cómo terminará todo, estas chucherías contribuyen a dibujar el mundo de ensueño en que Tom se va enredando solito a pesar del tremendo letrero de advertencia que le ha plantado Summer con su explícita falta de fe en el amorsh.

La Summer y el Tom.

Además, es mucho más honesta que otras películas del género. Si bien afirma no ser una historia de amor, esto mismo coloca el tema en el centro. Y no lo hace para hablar de amores imbatibles o de trozos de naranja que calzan perfecto, sino para, simplemente, recordar, con letreros y señales de toda clase, que el amor es una relación entre personas libres, que no es necesariamente eterno ni total, que las personas pueden tener conceptos diferentes de lo que significa y que está condicionada por la oportunidad, los ritmos y el momento en que cada quien se encuentra dentro de su trayectoria de vida. Moraleja realista pero no por eso cínica ni pesimista.

Seguro hay un par de cosas más que decir (a todo esto, la música está gonicha y adecuada), pero con esto es suficiente para no sobrecargar. ¿La recomendaría? No especialmente, pero topársela sin nada más que hacer no es en absoluto una pérdida de tiempo.

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Pendientes (vamos que se puede):
- Good Will Hunting
- El gran Lebowski

1 comentario:

fabiancocq dijo...

Yo diría que el amor es un problema intestinal que se arregla tomando matico. Pero claro que mi opinión en esa materia tiene poca o nula validez... :)

por cierto, buena reseña