Así es. No solo está la CUT, sino que hay dos centrales más.
Está la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), creada en 1995, de tradición social cristiana. Se considera heredera de la Asociación Sindical Chilena (ASICH), fundada a mediados del siglo pasado por el (hoy santo) Padre Hurtado, y surge de la crítica al partidismo de la CUT.
Luego tenemos la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), creada en el 2004 a partir de la disensión interna de la CUT, a la cual también critican su sesgo concertacionista.
Y, por supuesto, la archiconocida Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Creada en 1988 como continuación de la Central Única de Trabajadores, que debió cesar debido al hiato sindical que supuso la dictadura de Pinochet.
De todas maneras, la afiliación es harto baja. De los sindicatos existentes en el 2011, el 28% está afiliado a la CUT, el 1,7% a la CAT y el 0,8% a la UNT. En otras palabras, el 68,8% de los sindicatos no tienen afiliación suprasindical.* ¡Y esto sin contar que no todos los trabajadores están sindicalizados (se calcula que alrededor de un 13% lo están)!
¿Ud. sabía esto? Yo no tenía idea.
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* Datos de la Encuesta Laboral 2011, Dirección del Trabajo.
Lectura recomendada: Centrales sindicales en Chile: una visión crítica. Tesis de licenciatura de Paulina Plaza y Pablo Carrasco.
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