miércoles, 28 de diciembre de 2011

Re che: somos personas y punto

Guillaume Boccara, al referirse a la etnogénesis del pueblo mapuche, retoma la denominación consignada por el sacerdote Luis de Valdivia a fines del siglo XVI como reche, que para él viene a significar gente o pueblo "auténtico o verdadero". En efecto, el término re significa "puro", con las diversas connotaciones que eso conlleva ("original", "verdadero"), y seguramente fue lo primero que los mapuches debieron responder a los españoles que les empezaron a preguntar quiénes eran ellos. "La gente pura", habrían contestado, "reche." Sin embargo, es posible que este supuesto etnónimo haya surgido de una historia más anecdótica, y que creo que es lo que ocurrió, dando lugar a la teoría de Boccara.

Para esto hay que volver sobre la palabra re, que es traducido como "puro" o "auténtico". Sin embargo otra de sus acepciones es lo que en castellano viene a ser el adverbio "sólo" o "solamente". Y a partir de aquí es que el etnónimo sugerido por Boccara cobra otro significado, y que junto con el término "che" (persona, gente, pueblo), pasa a ser: "sólo personas" o "gente solamente". Así, con la singular extrañeza con que reaccionaron los españoles frente a pueblos tan diferentes a ellos, más de alguna vez se preguntaron si los "naturales de América" serían personas. Basta recordar las intensas discusiones sobre las cualidades espirituales de los indios y la posesión de un "alma".

Y sí, los mapuches sí se consideraban personas, y punto. No eran ni indios, ni primates pseudohumanos, ni dioses. Y tampoco parecen haber considerado a los españoles como otra cosa. A diferencia de otros lugares, y en especial en las civilizaciones estatales precolombinas, en que fueron considerados encarnaciones divinas, entre los mapuches no proliferan relatos de cómo los españoles montados a caballo eran confundidos con seres poderosos mitad hombre mitad bestia, sino que hay un claro reconocimiento de otras personas que invaden el territorio violentamente, pero personas al fin.

Quizá subyace a esto la vocación segmentaria de la sociedad mapuche, en el sentido de que pueblos con diversos estilos de vida (lafkenche, williche, pikunche, veliche, entre otros), entablaban toda clase de relaciones, conservando sus particularidades, pero compartiendo un cierto trasfondo ideológico y religioso, así como relaciones políticas y económicas en igualdad de condiciones. Así, el otro no es tan ajeno, sino que, a pesar de tener diferentes costumbres y apariencias, tanto uno como otro comparten la condición fundamental de ser humanos. El otro no se construye como el opuesto o como la demarcación externa de lo propio, sino que se incluye en relación con éste para pasar a conformar el territorio común (territorio imaginario, ideológico, histórico, ritual, de intercambio económico, de alianza política, etc.).

Por tanto, "reche" es más una respuesta a la improcedente pregunta de "¿quiénes son ustedes?". ¿Cómo se hacen llamar ustedes? Personas nomás, gente. Re che. Una respuesta que suena algo errática, pero que en su extrañeza deja en claro que no hay necesidad de clasificaciones excluyentes para personas y pueblos con diversos modos de vida.

El término reche con que se autodenominaban los antiguos mapuches no era una prerrogativa de superioridad de los antiguos mapuches según entendieron personas como Luis de Valdivia o quizá el mismo Boccara, sino que entraña la comprensión de que pese a la diversidad de rostros, persiste una condición ontológica de pueblos que viven en relación mutua, y que es en estas redes, en este territorio común de convivencia en la diversidad, en donde las personas y los pueblos se constituyen como tales.

lunes, 3 de octubre de 2011

la liebre y la zorra

corre la liebre por los pasillos selvados
a mil por hora
despreocupada
libre de penas
como un chucao con diez mil alas
o el primer beso del adolescente
fumando el tiempo
tras el muro abandonado

de pronto: la zorra
la liebre no se lo esperaba
pero sus patas reaccionan de inmediato
y parte como una flecha
vuela entre los arbustos

se enciende el sotobosque
el zigzag de la muerte
el ojo aprovecha las fisuras de la hierba tupida
desgarrando el universo en ángulos prodigiosos
ni que fueran culebras

son como ochomilquinientasdoce horas
de pura correría
contadas en mi certero reloj
con mecanismo basado en el tambor yugular

pero no hay justicia, señor
ni mucho menos injusticia, señorita
y he aquí que pasa lo que habría de pasar:
se encoge la distancia entre las bestias
y la liebre alcanza a la zorra

de un manotazo le hiere la esperanza
con un mordisco le remata la vida
no la salva ni la luna
ni el guachi de alambre
ni el perdigón del cazador
la muerte se descubre la cara
como el verdugo ante su esposa

así nomás es la historia
o fábula, cuento, chisme, tragedia
la liebre caza a la zorra
como pasó un par de veces en el monte
ayer y anteayer
y los ayeres del anteayer

no sé si mañana esto seguirá pasando
de no, no quisiera ser la liebre
pero de sí, seguirá doliendo el destino de la zorra

jueves, 28 de julio de 2011

domingo, 5 de junio de 2011

lo mojado y lo salado

el tiempo es mojado
en las alas del buitre
en la quilla de coigüe

será por eso que yo sigo aquí
parado al borde del malecón
y tú más allá
cautiva en la marejada
guardando en tus ojeras
una pena amarga y pollerúa

el tiempo es mojado
aunque pensándolo bien
también es salado

los labios se me parten
esperando
y el miocardio se tensa
atento a la resaca

la mar se pica a ratos
y azota contra el roquerío
petacas de ron abuelo
vacías y mugrosas
con el pico desangrado

vuelve, negra, te lo ruego
los críos lloran todo el día
y el perro ya ni ladra

bórrame de la cara
los moretones del trago
y echemos las costras por la borda
aunque vivamos mojados
y salados

domingo, 15 de mayo de 2011

difariando a la orilla del canal

cagao del pingo
fallao del mate
rallando la papa
pelando cable
con la teja corría
y el tornillo zafao
así fue que nací yó
gritando como condenao
entre paredes apercantás
y bajo un techo negro ahumao
en veces andé a pata pelá
y otras con zapatos cambiaos
así me voy ahora
embarcao en el camastro
habiendo cumplío pena
de estar solo y amaganto
trapicándome con mis babas
y esperando el terno 'e palo
pa qué tanto digo yó
echenme en cueros nomá
pa qué andar aparentando
si en mi vida fui acaudalao
si la fiesta se acabó
pa qué ponerse corbata
si la ruda se marchitó
pa qué regarle las patas
los cabros se ríen
paré que estoy difariando
nunca me creyeron
pa qué ilusionarme tanto
pucha que demora el bote
no hallo la hora 'e llegar
allá donde está mi vieja
al otro lao del canal
pícala poh Balsero
no tengo todo el día
así te agenciai unas chauchas
pa comprarte una sopaipa
y estos cabros se largan
a seguir con sus propios dramas
puta que están guailones
no hay felicidá más grande
que ver a tus hijos crecíos
medrando mejor que los padres
chaucha llegó el Balsero
anda la cresta
ah conchesumá
ay Diosito
ay

viernes, 8 de abril de 2011

El Carneamarga

el Carneamarga es mocha
pelea
contusión y vitricidio
con palos
con fierros
a mano pelada

el Carneamarga es choreza
se hace respetar a punta de piñazo y uppercut
y no agacha el moño ante nadie

el Carneamarga es dureza
lo dice su apodo
se siente en la piel como latigazo de ortiga
respira azufre
suda hiel

el Carneamarga es mito
vive en el decir de los viejos
y su efigie no se somete a la escritura petrificante
su espacio performativo es la ruta
y en ella se encuentra su único cauce

¿se acuerdan cuando en Arauco se puso a alegar 
con un chofer de la Seis?
el otro se bajó con un palo 
y, ¿sabís lo que hizo este cabro? 
sacó así un garrote
más grande que el del otro
y le quebró todo el vidrio de la puerta

pero es que aquí muchos somos de pobla
entonces cuando el otro se para
uno se para más po'
porque hay que pararse
es la ley de la calle 
de la población
¿entiendes? 

desde la cocina la Yessica menea la cabeza
desaprueba que ensalcen la violencia
pero no todo aquí se celebra
cuando los choferes de la misma línea se agarran
todos reprochan el gesto
además la inspectora te sapea
y la empresa te suspende
te largan días sin volante
sin cortar boleta

sin embargo, todos somos Carneamarga
o queremos serlo
ser choreza
ser mito
existir en una trascendencia efímera
en la memoria de unos cuantos
a punto de desaparecer
y mantenerse al filo de la fantasía y el olvido

afuera el día se cansa de estar nublado
y amenaza con cerrar los párpados

la comida convoca tanto como las buenas historias
y entre el café, las sopapillas y el cuenteo a granel
la tele de la sala ha quedado sola y callada
y hasta la salamandra hace silencio

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adaptación de una nota de campo, invierno de 2009