Una noche,
mientras me estaba desvistiendo para acostarme, vi una araña caminando por la
pared de mi pieza. Agarré un zapato y la aplasté.
Desde chico tengo
el miedo absurdo de que si mato una araña o cualquier otro bicho, sus
congéneres vendrán en masa a vengar su asesinato. Sé que es casi ridículo, pero
no puedo evitarlo. De manera que ya acostado y con la luz apagada, me entregué
con terror a esos pensamientos hasta que el sueño me venció.
A la mañana
siguiente, las demás arañas no se habían vengado, pero el zapato con que había
matado a la araña tenía los pasadores llenos de telarañas con aspecto de estar
recién hechas. Ese mismo día moví todas las cosas de mi dormitorio y pasé la
aspiradora por todos los rincones como un condenado.
1 comentario:
te sirvió para limpiar tu pieza. Yo diría: "La danza de la realidad". (no lo diría en realidad u..u)
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