lunes, 29 de julio de 2013

Imposibles I

Una noche, mientras me estaba desvistiendo para acostarme, vi una araña caminando por la pared de mi pieza. Agarré un zapato y la aplasté.
Desde chico tengo el miedo absurdo de que si mato una araña o cualquier otro bicho, sus congéneres vendrán en masa a vengar su asesinato. Sé que es casi ridículo, pero no puedo evitarlo. De manera que ya acostado y con la luz apagada, me entregué con terror a esos pensamientos hasta que el sueño me venció.
A la mañana siguiente, las demás arañas no se habían vengado, pero el zapato con que había matado a la araña tenía los pasadores llenos de telarañas con aspecto de estar recién hechas. Ese mismo día moví todas las cosas de mi dormitorio y pasé la aspiradora por todos los rincones como un condenado.

1 comentario:

fabiancocq dijo...

te sirvió para limpiar tu pieza. Yo diría: "La danza de la realidad". (no lo diría en realidad u..u)