domingo, 30 de octubre de 2016

Imposibles III

Hace un par de años, una noche cualquiera de primavera, antes de acostarme me tomé una taza de hierba de San Juan porque no quedaba té y no quería tomar café. Esa noche tuve uno de esos sueños con una historia larga y muy detallada. No voy a entrar a contarlo porque habían varias cosas que me da vergüenza revelar, pero lo más interesante fue que inventé música. Otras veces también había soñado algo así, y supongo que esto es algo más o menos común en muchas personas. Lo interesante, entonces, no es que haya inventado música en un sueño, sino que cuando desperté, pude recordarla y atiné a retener la melodía. Bueno, creo que esto tampoco es tan interesante. Grandes canciones, como el "Yesterday" de los Beatles, tienen su origen en los sueños de sus autores. Mi melodía no era ninguna genialidad, pero sí era entrete saber que a veces uno se puede traer un recuerdo de otro mundo que visitó, como esa historia del tipo que soñó con el Paraíso y despertó con una flor en la mano o algo así. Prendí mi computador y la anoté en el Guitar Pro con algo de dificultad porque en realidad era dos melodías: una principal y una base de bajo. La toqué después unas pocas veces en la guitarra y pronto me olvidé.

Unos meses después escuché en un colectivo una canción equis, buena onda pero olvidable como cualquier ruido ambiental, de no haber sido porque a los pocos segundos se me hizo familiar. Era mi melodía, la que había soñado y escrito. Oye... ¡Oye! No podía ser. ¿Algo puede ocurrir dos veces en lugares y tiempos distintos? O sea, yo creo que sí, el tiempo y el espacio son tan inmensos que incluso puede haber existido o existir en el futuro alguien con el mismo ADN que yo, pero, ¿cuál es la probabilidad de coincidir y de que uno se de cuenta de ello?

Memoricé un pedazo en inglés que entendí para buscarlo después en internet. Cuando llegué a mi casa y busqué la letra, resulta que era una canción de Taylor Swift, una cantante estadounidense cuyo nombre había visto pero a quien nunca había puesto atención. La canción era "Shake it off". Busqué la fecha de lanzamiento. Era reciente, meses después de mi sueño. Increíble. Claro, era la misma melodía, con su tono pop, evidentemente, al contrario de mi versión más oscura y sin letra, pero la línea melódica, con el bajo incluido, estaba ahí, replicada de manera exacta.

He vuelto a soñar con música inventada un par de veces, pero no he alcanzado a recordarla. Y una vez soñé con Taylor Swift, pero eso no me da vergüenza contarlo: era una amiga que me prestaba un libro sobre insectos. A veces uno sueña cada cosa.

1 comentario:

fabiancocq dijo...

Espero escuchar esa versión más oscura.